Hace mas de 11 años, el magnate y activista de la marihuana holandés, Ben Dronkers, viajó a Barcelona para visitar a una de sus hijas gemelas que estudiaba en la ciudad. En esa visita conoció el Palau Mornau, una casona modernista en pleno Barrio Gótico. Se enamoró de la ciudad, se enamoró del edificio, que data del siglo XV, y decidió que ahí abriría un museo dedicado al cannabis, el mayor que existe en el mundo y hermano del que abrió en 1985 en Amsterdam.
Esta noche, el Hemp Museum Gallery de Barcelona abrió finalmente. «Quiero que la gente conozca la historia de esta magnífica planta, una historia que no pudimos conocer en la escuela», explicó el millonario. Para conmemorar la apertura, se celebró anoche la entrega de los Premios de la Cultura de Cannabis 2012: entre los galardonados destaca Sir Richard Branson, empresario y filántropo inglés, creador del grupo Virgin.
Branson comentó que en tiempos como los actuales, cualquier iniciativa, como la propuesta por el poblado de Rasquera (Tarragona) —que promueve una plantación de marihuana—, debe ser bienvenida. «Los problemas económicos afectan a los jóvenes y lo que se pueda hacer a favor de ellos es bueno para todos», explicó. Para Branson, parte de los problemas económicos en España podrían resolverse gracias a los impuestos que se recaudarían con la legalización de la marihuana.
El multimillonario inglés aprovechó la oportunidad para hablar sobre la «Global Comission on Drug Policy», una organización formada por líderes políticos, intelectuales y 12 ex presidentes de países que sufren cada día el problema del narcotráfico, entre ellos Ernesto Zedillo (México) y Cesar Gaviria (Colombia). Mario Vargas Llosa también forma parte de la comisión. A través de ella, se informa y se ejerce de «lobby» a favor de la legalización de las drogas. El activista elogió el trabajo que se ha hecho en España en el tratamiento de los adictos a la heroína, y sentenció que muchos países indiferentes ante este problema, como Estados Unidos, tendrían mucho que aprender de estas políticas públicas.
Antes de la inauguración, Dronkers llevó a Branson a lo largo de los distintos salones del museo. En ellos se exhibe una colección de objetos relacionados con la planta de la marihuana y el cáñamo. En las habitaciones, adornadas con dibujos de cannabis, se explican sus diversos usos a lo largo de la historia: téxtiles, comestibles, en la construcción, así como en la medicina.
Para Branson, el futuro de la planta debe escribirse mirando al pasado, cuando se utilizaba de forma natural para hacer muchos productos. «Las velas de las carabelas de Colón estaban hechas de cáñamo», explicó. En su momento, confesó el millonario, esta planta trajo muchas riquezas a Europa. Ahora, enfatizó, «la marihuana podría salvar al mundo». Dronkers debe su riqueza a Sensi Seeds, una de las mayores productoras de marihuana y semillas de marihuana legal a nivel mundial. ABC.ES
Si, y Rasquera las cuentas de su ay.untamiento....
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