La memoria històrica és la memoria de l'oblit, s'en parla de tant en tant, pero no s'actua ni s'en té, sembla, plena conciencia del drama que va representar per a molta gent del país el patiment de la guerra civil, l'exili i la postguerra. De fet, està passant en la situació actual, tenim a polítics a la presó i altres a Brussel·les, i no se si som conscients del drama real que aixó representa, potser és que estem cansats, pero diria que podriem fer bastant més per alleujar aquesta situació, però no ho fem, ho contemplem amb certa displicencia, com si no anès amb nosaltres. Passa el mateix que amb la llei de memoria històrica. Per això no fem la revolta, per això no hi ha república. Aquest text de Gregorio Luri al cafè de Ocata m'hi ha fet pensar.
“Con una maleta a la espalda, atada a la gabardina y a paso de marcha avanzamos hacia el sur dejando detrás de nosotros miles de vehículos paralizados, la carretera no es suficientemente ancha para ellos. Unos ríen, otros lloran… El día 13, creo, o sea, un día antes de que los nazis entren a París”.
“Con una maleta a la espalda, atada a la gabardina y a paso de marcha avanzamos hacia el sur dejando detrás de nosotros miles de vehículos paralizados, la carretera no es suficientemente ancha para ellos. Unos ríen, otros lloran… El día 13, creo, o sea, un día antes de que los nazis entren a París”.
El anterior es un fragmento del diario de un joven republicano español que tras muchas peripecias, pasó la frontera francesa en 1939 y, tras una temporada en un campo de refugiados, creyó ingenuamente haber encontrado un futuro en París. Su huida hacia el sur acabará en otro campo de refugiados y, tras escaparse del mismo, en Marsella, en Casablanca, en Veracruz... hasta que vuelva anciano y ciego a España. Sus cenizas se dispersaron en el Mediterráneo.
Ya sé que el pasado está condenado, porque el presente se alimenta más de esperanzas de futuro que de recuerdos de lo pretérito y que vivir es en buena manera olvidar, pero leyendo experiencias como las de este compatriota, me pregunto si es inteligente olvidar tanto como olvidamos y, sobre todo, si es inteligente utilizar la memoria como arma arrojadiza en lugar de hacerla servir para comprendernos más cabalmente a nosotros mismos y a nuestras fuerzas. Pero también me pregunto si no hay un deber moral de memoria, si no somos moralmente responsables de tanto olvido. - el café de ocata - Gregorio luri
Cada persona es un mundo, FRANCESC. La memoria colectiva le funciona a muy pocos pueblos ¿el judío, tal vez ?, pero el olvido empieza cuando un pueblo se dedica más a lo lúdico que a lo trascendental.
ResponEliminaHan pasado casi 80 años desde que acabó la guerra incivil. Casi cuatro generaciones. Dudo que a nadie que le preguntes de los 25 para abajo por los tres años de vicisitudes, te pudieran responder sabiendo concretamente situar la época. Por supuesto nadie sabe el día del inicio, y decir que cayó en domingo sería una proeza.
Nuestro problema es que no se ha sabido mantener viva la memoria del millón de muertos, por mucho que el Gironella lo pusiera en duda.
Murió injustamente mucha gente, muchas personas. La herida se ha cerrado mal, pero lo peor, siendo esto malo, es que la memoria no permanece peredne, va quedando solo en recuerdo, de esos que te asaltan cuando te retrotraen a un familiar que vivió aquello y que le dejó marcado para siempre.
Hoy, en el encabezamiento de Tot, pongo una frase que se me ha ocurrido por la noche, en desvela, : "Perdemos la capacidad de memoria, no la del recuerdo", y es que la memoria es aquello que nosotros vamos a buscar concientemente, mientras que el recuerdo es aquello que te asalta impunemente.
Un abrazo
Qui posaba en dubte el milió de morts era Bartolomé Soler, a 'los muertos no se cuentan', Bartolomé Soler qUe vivia en una casa pairal a l'entrada de Palau de Solità i Plegamans,i precisament aquesta novel·la, 'los muertos no se cuentan', era la resposta a 'un millón de muertos' de Gironella.
ResponEliminasalut
La desmemoria que patim no es exclusivament nostra.
ResponEliminaA l'Alemanya de la immediata postguerra, la desmemòria sobre l'era negra del nazisme va ser generalitzada. Va caldre esperar que una nova generació arribés a l'edat adulta per analitzar i assumir la culpabilitat d'aquell desastre. Encara que aquí dubto que els joves vulguin encarar la guerra civíl i la dictadura. Senzillament perquè ningú els hi haurà ensenyat res sobre tota aquella època.
Salut
La mainada ja no en saben res de Franco, com a molt la dada: Un senyor que era un dictador molt dolent, i poca cosa més, pero no tindrán la percepció, la sensació del drama que va reporesentar la guerra i el pitjor, la postguerra.
EliminaSi, amigo mio, MIO. Pero la respuesta era para ti, porque solo me importas tu, que eres el que ha colgado el escrito que te asalta.
ResponEliminaPoca gente, poca, con tu sensibilidad, FRANCESC. Y a veces pareces fiero, cuando lo que intentas expresar es lo cotidiano, sin más preámbulos y sin segundas intenciones. Lo que fue, al menos para ti por lo vivido.
Te entiendo montón. Muchas no comparto nada. Otras logro enterarme de algo, y las más, me encuentro dentro de tu piel.
Besos.
Crec que quan d'ací a un periode llarg de temps, parlem i pensem en el que està passant. ens sorprendrem o no ens en sabrem avenir d'haver-nos quedat quiets davant d'aquesta altra barbarie que és el Govern del Pp.
Elimina¡Ay!,Francesc,cuando todos están ya preparándose para entrar en el mundo de la realidad,con
Eliminaindicaciones al sr. de Bélgica,de que nadie es necesario y todos somos reemplazable,vas tú
y entras en esos sentimientos de memoria histórica. El futuro es lo que interesa y seguir
adelante.
Saludos.
El futuro se construye desde el pasado y este pasado aun no lo hemos resuelto del todo, la prueba está en que repetimos muchos de los errores de este. El ded Bélgica si que tiene poco futuro, un futuro pluscuamperfecto.
ResponElimina