“Moltes gràcies, president”. (VIDEO) Con unos segundos en catalán para recordar que ella fue una de las primeras alumnas del proceso de inmersión lingüística en Catalunya, la diputada del PP-A  y líder de los populares en Sevilla Virginia Pérez defendió este jueves en el Parlamento de Andalucía la línea de ayudas puesta en marcha por el Gobierno del PP y Cs para la enseñanza del castellano en aquellas comunidades donde se implantó la escolarización en las otras lenguas oficiales del estado. Una “aventura”, arremetió, que se “tornó en algo muy oscuro porque no hubo flexibilidad” y que terminó con “nefastas consecuencias”, aseguró.
Según explicó en su intervención en la comisión de Presidencia, Pérez llegó a Catalunya -- “una región de España” como remarcó en varias ocasiones--, con menos de un mes de vida, y pasó aquí su adolescencia, hasta que regresó a Andalucía con 14 años. Eran unos tiempos, dijo, en los que “teníamos que salir a buscar el pan y trabajar exportando talento”. “La inmersión lingüística que comenzó siendo una aventura que acogimos el resto de niños y familias no catalanas como un reto apasionante, conocer de lleno la cultura del lugar donde residíamos, se tornó en algo muy oscuro porque no hubo flexibilidad, y lo que comenzó siendo una aventura que parecía positiva ha terminado con unas nefastas consecuencias”.
Pérez puso el ejemplo de una con un hijo de tres años comentando a la puerta del colegio las dificultades para entenderse con el niño cuando éste le pedía ponerse el ‘chándal groc’. “Treinta años después nos encontramos en la situación que nos encontramos”, apostilló, apuntando a la política de inmersión lingüística como la causante de “una fragmentación social que vivimos en nuestros días” y de las consecuencias “nefastas” para las personas que eran de otros lugares y residían en Catalunya. “Ahora nos encontramos en la situación en la que nos encontramos”, concluyó, defendiendo que las ayudas puestas en marcha por el gobierno autonómico son “tremendamente importantes para no perder nuestras raíces y dignificar nuestra cultura”.
“Ha estado brillante, pero no la he entendido nada”, bromeó el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, al darle la réplica. Según explicó, la Junta ya ha recibido 160 solicitudes para las subvenciones a las comunidades andaluzas en el exterior, que se otorgarán en régimen de concurrencia competitiva para la promoción cultural, de orientación a la población andaluza en esos territorios y para mantener las entidades. El también portavoz del Ejecutivo andaluz aseguró que no se va a hacer “nada distinto” a lo que se estaba haciendo ya con las cuatro líneas de ayudas, subrayando además que no es su intención “entrar en conflicto” con ninguna competencia de las respectivas autoridades en los territorios.

Després de llegir aquests text, el primer que tinc clar és que a Andalusia hi ha almenys dos ignorants: Virginia Pérez i Elías Bendodo, una pel que diu i l'altre pel que no entén, fins i tot quan li tradueixen. Sembla un contrasentit, pero la mentidera de Virginia, es precisament l'exemple de que la immersió lingúística a Catalunya ha funcionat, i ella mateixa n'és l'exemple. El que pasa i per aixó dic que Virginia és ignorant i a més mentidera, és que és possible que la immersió tingui efectes secundaris. Ho dic per aquesta frase:
Pérez puso el ejemplo de una con un hijo de tres años comentando a la puerta del colegio las dificultades para entenderse con el niño cuando éste le pedía ponerse el ‘chándal groc’. “Treinta años después nos encontramos en la situación que nos encontramos”, apostilló, apuntando a la política de inmersión lingüística como la causante de “una fragmentación social que vivimos en nuestros días”.
Cal analitzar-la amb calma, car té el seu què. En primer lloc, un nen andalús a Catalunya mai es dirigiría en català a la seva mare per demanar-li un 'chándal groc', i suposant que supossessim que el nen fos raret i parles nomès en la llengua d'en Pompeu, la mare llevat que fos indigent mental l'entendria igualment, a no ser que fos familiar de Virginia i estés afectada pels efectes secundaris de la immersió.
I l'altre obssessió d'aquesta mena de personal, és la fragmentació social, una fragmentació inexistent, que si de cas pot arribar a afectar a dos bàndols, els independentistes (i no tots) i la resta de la multicutural i global societat catalana que conviu sense més problemes que els reals de la supervivència dins una societat, i que res tenen a veure amb la immesió que en cap cas, hi té res, absolutament res a veure.
Deia Tarradellas que en política es podria fer tot menys el ridícul, i afegiria que potser no tot, què en política el que no es podria, o no s'hauria de fer, és mentir d'una manera tant miserable.