Aquesta és la història de Hay-on-Wye, una petita localitat del país de Gal·les, al Regne Unit, que ha aconseguit en només cinc dècades passar de ser una població aïllada a convertir-se en una important atracció turística visitada cada any per mig milió de persones gràcies als llibres i la cultura. Fins als anys 60 del segle passat Hay-on-Wye era un lloc remot a l'agresta geografia galesa. La sort de la localitat va començar a canviar quan Richard Booth, un dels seus veïns, va obrir el 1961 la seva primera llibreria. Uns anys després va tenir la idea de convertir un petit poble en un autèntic 'regne dels llibres'.
Booth va aconseguir convèncer les autoritats locals i al conjunt de la població a participar en el projecte. A poc a poc es van anar obrint en aquesta localitat de només 1.900 habitants desenes de llibreries. Al voltant d'elles van sorgir cafès, petites galeries d'art, botigues d'antiguitats i hotels. Amb el desenvolupament de la seva primera infraestructura la localitat es va convertir en una atracció turística per a les properes.
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Lo había visto en algún lado. No sé en el lloc, al igual ho has posat abans.
ResponEliminaM´agrada el poble...fa digne.
Salut
Ho vaig publicar fa 4 anys, pero m.ha semblat addient avui amb motiu de la diada
ResponEliminaSalut
Aquí s'ha intentat en algun poble de les espanyes, però no ha tingut el mateix ressò.
ResponEliminaMe gusta leer, aunque no siempre y no todo y creo que las librerías están llenas de libros, la mayoría bienintencionados, sin más. Tengo la impresión de que se publica demasiado, aunque eso no es más que una percepción mía probablemente sin sentido. Por otro lado, estigmatizar a internet y lo digital hoy en día (como hacéis con frecuencia vosotros dos, caballeros) me parece un destarifo. Nosotros hace años que compramos casi todo por internet y cuando compro historias y compro versos, el soporte que los contenga es lo de menos para mí. Excepto contadas excepciones (por ejemplo, que me encuentre fuera de España ), ya no suelo comprar papel. Soy aficionada a las liberías de lance y ahí sí, ahí encuentro a veces pequeños tesoros o rarezas literarias y los compro inmediatamente. Uno de mis hallazgos fue una copia antiquísima (año 1.550) y descatalogada de "El Libro de miseria de omne" (finales siglo XIII, inicios XIV), de autor desconocido, escrito en castellano medieval, que me gusta muchísimo. Como los libros no deben prestarse, propongo algo menos doloroso: Hago magia, lo multiplico por tres y os regalo uno a cada uno. (Hoy lo haría sin dudarlo, os lo aseguro)
ResponEliminaA Segovia ho fan cada any. Pero no es el mateix
ResponEliminaYo es que solo releo. Estoy en plena crisis de lectura.Estoy contigo en las librerias de viejo. Hay o habia una en Terrassa sin apenas estanterias, llena de libros apilados por todas partes, y el librero sabia donde estaba cada libro. En cuanto a lo de prestar, es un drama, libro prestado libro no recuperado.
ResponEliminaY del resto del comentario, ¿qué piensas? Es tu opinión lo que me interesa, no lo que yo escribo.
ResponEliminaAy Chiloé, estoy espesito hoy, és una dia muy raro. Nosotros no despotricamos de Internet, si acaso de algunos internautas. Comprar compro poco, alguna novela y poco más, dime antiguo o desconfiado. Suelo encontrar libros viejos los domingos en la Plaza del Mercado de Sabadell, donde ponen los encantes, aunque va decreciendo poco a poco, tanto los que exponen como los que los visitan, a veces pienso que los que vamos allí los domingos somos unas reliquias del pasado que hay que preservar.
ResponEliminaUn abrazo.