A LA CLASSE DE LA IA, IA, IA, O


A ran de l'escrit anterior de Gabriel Magalhaes sobre la IA, li he demanat a Copilot que m'escribis un article sobre els mòbils a les clases. Molt en la seva línia, és un article intermig que analitza totes les possibilitats i fins i tot aporta alguna solució. L'ha escrit en castellà, per que en aquesta llengua li vaig demanar, si ho hagues fet en català l'hauria escrit en la meva llengua.

En la última década, los teléfonos móviles se han convertido en una extensión del cuerpo humano: omnipresentes, multifuncionales y difíciles de separar de nuestras rutinas diarias. Esta realidad plantea un dilema creciente en el ámbito educativo: ¿deberían los estudiantes tener permitido el uso de móviles dentro del aula?

Los argumentos a favor de permitirlos se apoyan en el enorme potencial de estas herramientas como apoyo al aprendizaje. Un teléfono puede ser un diccionario, una calculadora, una grabadora de voz, una biblioteca portátil y una puerta a información infinita. En manos responsables, permite a los alumnos investigar al instante, participar en encuestas interactivas o grabar clases para repasarlas más tarde. Además, para estudiantes con necesidades especiales, ciertas apps pueden ser de gran utilidad para compensar dificultades de aprendizaje.

Sin embargo, los detractores advierten de los riesgos considerables. La distracción es el enemigo silencioso de la concentración, y los móviles ofrecen múltiples vías de escape: redes sociales, juegos, mensajes… incluso con el sonido apagado. A esto se suma la posibilidad de acoso digital, el acceso a contenidos inapropiados o incluso el uso deshonesto durante exámenes. Desde esta óptica, prohibirlos en clase sería una forma de proteger la calidad del aprendizaje, garantizar la equidad y preservar la atención.

Ahora bien, quizás la cuestión no deba reducirse a un “sí” o un “no” tajante, sino a un “cómo”. En vez de vetar completamente los móviles, ¿no sería más útil enseñar a usarlos con criterio? Preparar a los alumnos para un mundo digital no implica solo enseñarles matemáticas o literatura con tecnología, sino también educarlos en el uso responsable de estas herramientas.

Hay ejemplos interesantes de escuelas que han integrado con éxito los teléfonos móviles en sus aulas, especialmente en España. Un estudio reciente analizó cómo algunos centros educativos han logrado aprovechar estos dispositivos como herramientas pedagógicas, siempre que se combinen con una infraestructura adecuada, normas claras y modelos pedagógicos innovadores.

Por ejemplo, en varias escuelas secundarias españolas se han implementado proyectos donde los móviles se usan para actividades como grabar experimentos, participar en encuestas en tiempo real o acceder a contenidos educativos personalizados. Estas experiencias han demostrado que, cuando se guía su uso con criterios pedagógicos, los móviles pueden fomentar la autonomía del estudiante y enriquecer el aprendizaje.

Eso sí, el éxito depende mucho del contexto: Los teléfonos móviles en el aula pueden ser aliados o enemigos. La clave reside en las normas que rijan su uso, el ejemplo de los docentes y la madurez de los estudiantes. Más que una prohibición total o una permisividad absoluta, lo que se necesita es una estrategia educativa que combine responsabilidad, pedagogía y sentido común.

En REICE, han llevado a cabo un interesante estudio sobre el tema. Aquest artícle ha estat generat íntegrament per la IA Copilot.


La IA et fa també, un dibuix a mida del tema a tractar, i si no t'agrada t'en fa un altre.

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