El títol d'aquest article no es refereix a la ciutat de Barcelona, com podria semblar, sinó a Santiago de Xile, però veureu que hi ha moltes similituds en la situació de la capital de Xile i la capital de Catalunya. Problemes globals, conflictes globals que acaben sent locals, un cul de sac complicat de sortir-se'n. La solució tant a Xile com a Barcelona, passa per fer política, i aquí, en la solució és on tenim el problema, almenys fins que passem el Rubicó del 10-N.
LA CIUDAD DE LA FURIA - «El país prospera; el pueblo, aunque inmoral, es dócil», escribía en 1829, contando sus primeras impresiones sobre Chile, Andrés Bello. Ese ha sido el contrato social implícito desde entonces: la clase dirigente hace prosperar el país, y el resto se mantiene dócil.
Las sociedades modernas se sostienen en un delicado equilibrio. Por más poderosos que parezcan el Estado y su fuerza represiva, dependen del respeto tácito al orden social. Si un día los ciudadanos deciden dejar de parar en las luces rojas, concurrir a sus trabajos o pagar el Metro, el sistema no se sostiene: no es posible tener a un carabinero en cada semáforo, cada cubículo y cada torniquete.
¿Por qué ocurrió hoy, en octubre de 2019? Las planillas Excel otra vez quedan sin respuesta. Ni el costo del transporte, ni la inflación, ni el desempleo, ni los sueldos reales son peores que hace dos o tres años. Lo que ha desaparecido es el horizonte. Si Bachelet 1 y Piñera 1 fueron símbolos de cambio (la igualdad de géneros, la alternancia en el poder), Bachelet 2 y Piñera 2 agotaron el stock de esperanzas. Enterrada la retroexcavadora y sepultados los tiempos mejores, hace tiempo se incuba el ruido sordo de la falta de un proyecto país, de un camino al desarrollo, de una meta compartida que dé sentido a las penurias cotidianas.
Si el país no prospera, el pueblo se vuelve indócil.
Y la imagen final llegó con la fotografía del Presidente de la República cenando en un restaurante de Vitacura mientras Santiago literalmente estaba en llamas. Que la pizzería en cuestión se llamara Romaria confirió al asunto un aire a lo Nerón.
A medianoche, el fracaso de la política les entregó el mando a los militares: vaya déjà vu. De hecho, el único vocero competente en la noche de furia fue el general Iturriaga. Tras un día en que los políticos se disfrazaron de un discurso militarizado, fue un militar el único que al menos trató de empatizar con la bronca y el miedo de la gente y proveerles confianza y contención.
O sea, hacer política.
Volviendo a Andrés Bello. Cuando el país no prospera, cuando los horizontes en común se diluyen, cuando la clase dirigente se jacta de su impunidad, cuando el pacto social se rompe desde arriba, tal vez el pueblo deja de ser dócil.
Y cuando no hay política que encauce esa legítima indocilidad, el espíritu primitivo de la violencia se desata.
«La ciudad de la furia», (fragmento)
de Daniel Matamala en La Tercera, 19 de octubre 2019
blog: descontexto.blogspot.com
Ojo con las manifestaciones "pacíficas".
ResponEliminaLlevamos cuatro días cortando pacificamente la entrada de la meridiana, la A7, la A2, la N260 y demás.
Llevamos muchos días cortando pacificamente el Eixample.
No se reparte, no se vende, no se ponen mesas, no se trabaja, no se hace cajón, los hoteles a menos ne medio gas, no hay taxis, ni ni Amazones, ni seures. No hay niños en las plazas, ni abuelos que puedan ir a buscarlos pacificamente.
Ojo con la broma pacífica. Cortar las calles, las avenidas, las autopistas y las carreteras pacificamente no es de recibo. Cuidado con lo que hacemos.
Nos estamos escupiendo hacia arriba.
Ojo que la Seat cerró el viernes, el sábado y el domingo porque sabía que sus empleados no podrían llegar al tajo, y han dejado de fabricar 3.300 coches.
Ojo con los pacifismos.
Ja, La solució és senzilla: Política, política i política.
ResponEliminaSolució molt senzilla: reducció de les penes dels presoners, que puguin sortir ni que sigui amb fiances i que es negociï un futur referèndum pactat, controlat i legal. I que d'altres coses, com la monarquia hereditària, es pugui qüestionar i 'referendumar'.
ResponEliminaAixó, malauradament no es possible, ni referéndum ni reducció de penes, de moment, i compte amb qui sigui el proper President del Govern a España a partir del 10-N, SÁNCHEZ NO HO TE SEGUR, ni molt menys.
EliminaO sigui, com diu Francesc, política i política.
ResponEliminaTodo maravilloso.
ResponEliminaMe acaba de llamar mi señora de que está parada en la Gran Vía, con el H16. Han cortado el tráfico.
hemos de estar a las 4 en el Prat en busca del nieto.
Esto es diálogo.
he de hablar con los dueños de la calle, porque por lo que se ve, nosotros no votamos, ni pagamos impuestos, ni importa nuestra opinión.
Ahhh, y todo muy pacífico, incluso mi derecho a joderme, y el de mi señora, claro.
És el que hi ha, no els controla ningú als amos del carrer, els que els podrien controlar, o els controlaven fins ara, són a la garjola.
ResponEliminaAquí està el problema, i això no té solució a curt termini, més repressió, més protestes i així anem fent
ResponEliminaResultat. Baixar del H16. anar hi a buscar un metro (no sé a dons)...i vindra a casa i a la espera.
ResponEliminaI veig per la tele que són els funcionaris de no se que departament de la Generalitat ¡Cágate lorito¡
No entén res de res...¿i aixó, llavors, que significa?
Pa cagarse, de veritat, pa cagarse.
els funcionaris tambè? pa mear y no echar gota. Bé, Torra ja fa mesos que fa vaga de les seves funcions. Quins collons!
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