Cuando llegó el censo,
nos llamaron caucásicos.
Cuando fuimos a la escuela,
      nos llamaron árabes.
Cuando conocimos a los árabes,
      nos llamaron católicos.
Cuando la marca Athenos empezó a hacer hummus,
      nos llamaron griegos
y cuando hicimos spanakopita en Navidad,
      lo llamamos sabanegh.
Cuando hicimos cuscús marroquí,
      lo llamamos israelí
Y cuando cayeron las torres, éramos estadounidenses.
Y cuando las torres cayeron, tuvimos miedo.
Cuando nos preguntaron en el aeropuerto,
      éramos libaneses.
Y cuando las personas que nos preguntaron eran libaneses,
      fingimos el acento hasta llegar a nuestras respectivas puertas.
Cuando comenzó la guerra, éramos sirios.
He sido siria por tres años, desde que escuché a una niña de tres años
arrastrada a una tibia costa turca como una taza de café fría,
      recitando el Padrenuestro en su lengua levantina.
Cuando las iglesias ardieron y los coptos sangraron,
      fuimos egipcios durante décadas.
Cuando mi prima nació con rizos color arce,
      la llamamos rubia
y cuando queríamos novios y novias,
      nuestros padres nos llamaban estadounidenses
y cuando pasaron la prueba de historia y juraron sobre la Biblia,
llamábamos a nuestros padres estadounidenses.
Cuando los antepasados fundaron una nueva patria,
      llamaban a la gente que vivía ahí indios
Hicieron unas estrellas y la llamaron Estados Unidos
Después de las masacres, los llamaron nativos americanos.
Después de nuestras masacres, nadie nos llamó nativos israelíes.
Cuando elegimos a un presidente negro, lo llamamos progreso.
No odiamos a nadie,
      mi madre decía siempre,
Lo que odiamos es que nos llamen terroristas mientras cuidamos 
            la natividad
Lo que odiamos está siendo borrado de los mapas de Google
Lo que odiamos y que recibe cualquier otro nombre, todavía se llama 
            genocidio.
¿No somos todos palestinos?
¿En cuanto a que todos nos sentimos solos y sin nación cuando 
            estamos muertos
      reducidos a cuerpos, a ser tragados por la tierra?
En Estados Unidos, los indígenas estuvieron confinados en reservas 
            hasta 1924
En Estados Unidos todavía lo llaman Departamento de Asuntos Indios
En Estados Unidos lo han llamado Gaza, Cisjordania, 
            los territorios palestinos
En Google Maps no los llaman para nada así
Cuando le preguntan a mi abuela de dónde es,
ella responde en un inglés entrecortado
¡Belén, donde nació Jesús!
Estoy dispuesto a corregirla.
Ella es de Palestina, donde nació tu Jesús,
donde caminó tu Jesús, donde hacen explotar
      a nuestros hijos con fósforo.
Ella es de Palestina, tierra de Mahmoud Darwish, del café turco,
      y del falafel más fresco que jamás hayas probado.
Díganlo por el maestro de secundaria que dejó claro un punto
al pronunciar mal mi apellido: Palestina.
Díganlo por el censo de Estados Unidos que nos llama blancos: Palestina.
Díganlo por el locutor tartamudo: Palestina.
Díganlo por el inepto profesor de historia: Palestina.
Díganlo por los desafiados bíblicamente: Palestina.
Díganlo por el pequeño niño nacido en un pesebre: Palestina.
Díganlo por la gente de la última fila: Palestina.
Díganlo por la gente de la primera fila: Palestina.
Díganlo y díganlo una y otra vez, las letras
se vuelven más suaves en su boca.
falasteen, ya bladi*
Cuando mi abuela está cansada, suena como una golondrina
revoloteando hacia afuera de su garganta


«Semántica», de Jessica Abughattas

Traducción de Juan Carlos Villavicencio - 
* Palestina, mi país.