Aquest article que podeu llegir a continuació, es va publicar a la vanguardia el 15 de juliol de 1973. Hi he accedit gracies a l'enllaç que m'ha enviat Júlia Costa de la Panxa del BouSi us hi fixeu, l'article podia ser del 15 de juliol d'enguany, o bé un avis per a navegants del canvi climàtic de fa cinquanta anys. El que no hi trobareu en aquest article, és l'alarmisme catastrofista que impera actualment, potser perquè l'esperit d'en Corbella ja voltava per la redacció de la vanguardia. I per què no hi ha res que no hagi passat abans, o antes.

OCTUBRE, EL MEJOR MÉS PARA VERANEAR - 15.07.1973

EN junio del año pasado, cuando debería ser verano, la mayoría de Europa tenía un clima de principios de primavera. Sin embargo, cuatro meaos antes, las flores habían brotado e incluso las abejas se equivocaron al creer que ti buen tiempo había llegado. Pero su error no duró mucho. Justamente cuando, según el calendario, el tiempo debía empezar a ser más caluroso, vino el frío, y duró varios meses. El año pasado, en los lugares del Mediterráneo famosos por su clima cálido, hacía frío en julio En Norteamérica, las riadas y huracanes se llevaron más de cien vidas.

CAMBIO TOTAL

Pero esto no ocurrió solamente el año pasado Según los expertos, el tiempo no seguirá su patrón tradicional, sino que los inviernos serán más fríos, las primaveras tardías, los veranos frescos y los otoños cálidos hasta, por lo menos, finales de siglo. Los animales también están despistados con las variaciones del tiempo El año pasado los osos rusos se preparaban para invernar en julio, y los corderos ingleses nacieron en septiembre...

Robert Ratoliffe, director de la Oficina Meteorológica Británica, declaró: «La primavera empieza ahora en abril, como muy pronto. Es decir, un mes más tarde que en los años cuarenta y cincuenta». Realmente, durante los últimos tres años, el mes de marzo no ha sido, ni mucho menos, el inicio de la primavera. Ha llovido copiosamente y, en muchos sitios, la nieve ha sido abundante. El mes de mayo también es frío y húmedo y junio hace varios años que no puede calificarse de «veraniego», Pero, por otro lado, cuando llega el calor, suele permanecer hasta mediados de octubre por lo que resulta aconsejable coger las vacaciones de verano lo más tarde posible.

DESTRUCCIÓN MASIVA

Pero, ¿Cuál es la causa de esta inestabilidad del clima? Como contestación a esta pregunta abundan las teorías. Por ejemplo, el profesor M. Budyke, director del Laboratorio Geofísico de Moscú, cree que después de haberse quemado durante siglos carbón y otros combustibles, se ha formado una manta de finas partículas en la parte alta de la atmósfera que afecta al equilibrio climatológico.

Otro experto, el geólogo Casare Emiliani. de la Universidad de Miami, cree que la variación del tiempo os debida al desarrollo urbano y a la destrucción masiva de bosques lo que, indudablemente, afecta el equilibrio calórico de la tierra.

Otra teoría muy extendida es la creciente turbulencia —una serie de enormes «espasmos»— que está afectando a la plácida corriente de aires sudoccidental. Esta turbulencia detiene los periodos de veranos cálidos y origina unos vientos de invierno más fríos que lo normal. La nieve dura más tiempo y las heladas son más fuertes y frecuentes.

EXTREMOS

De una manera misteriosa afecta el equilibrio de las estaciones, resultando períodos de tiempo excesivamente frío y húmedo para la estación del año correspondiente. Por ejemplo, el año pasado, tuvimos un veinte por ciento menos de sol que un verano normal. Este comportamiento erróneo del tiempo ha sido muy aparente en los últimos cinco años pero los meteorólogos llevan dos décadas notando una tendencia a que las estaciones sean menos definidas. En 1949 un notable meteorólogo, el doctor C.E.P. Brooks, informó que los glaciares se estaban desgastando «rápida o, incluso, catastróficamente» y que estas fluctuaciones afectarían al clima. Efectivamente, asi ha ocurrido. En Europa ya se ha llegado a los extremos meteorológicos. Por ejemplo, en 1968, tuvimos el verano más húmedo en cuarenta años... 1959 fue el verano más caluroso y seco en cincuenta años... y el invierno de 1962 fue el más frío en veinte años.

OLA DE CALOR ÁRTICA

El año pasado se creó otro nuevo —e indeseado— récord. Europa tuvo el mes de junio más frío desde 1909. Los barcos meteorológicos informaron que en el norte del Atlántico el hielo cubría muchos más kilómetros cuadrados de océano que en un año normal. Para complicar todavía más las cosas el helado junio coincidió con una ola de calor en el Ártico. En el norte de Noruega la temperatura era veraniega y' el agua estaba lo suficientemente templada como para poder bañarse en él mar. En todo el mundo las estaciones meteorológicas ya no siguen la línea tradicional. Los ciento veinticinco miembros de la Organización Meteorológica Mundial están desconcertados por el estado del tiempo. Recientemente se informó que en los desiertos australianos llovía torrencialmente, que nevaba en Sudáfrica y que Francia padecía fuertes heladas, fuera de estación, en el Sur.

Una pista para explicar estas anormalidades la da la Universidad McGill de Montreal donde, después de varios años de estudio, los científicos han llegado a la conclusión de que las caóticas condiciones climatológicas actuales podrían ser causadas por una debilitación del viento por todo el mundo. Aseguran que en las tres últimas décadas ¡os vientos más importantes han perdido fuerza y, por lo tanto, ya no mueven las zonas de altas y bajas presiones.

DIFERENTES CAUSAS

Esto es debido al exceso de polvo y contaminación de la atmósfera o a !a variación de la energia solar. La segunda teoría está respaldada pur el doctor Maynard Miller, profesor de geología de la Universidad de Michigan, que ha estudiado las capas de polvo y polen en los glaciares de Alaska.

"Los glaciares —dice—, retroceden o avadan según los cambios de la energía solar". En los últimos años esta energía ha disminuido y el Héctor Miller predice que grandes áreas del mundo tendrán más frío, mds humedad y un tiempo más inestable durante los próximos treinta a cuarenta y cinco años. Como el clima, al parecer, se complica cada vez más, el único dato meteorológico que permanece estable es que, cuanto más tarde se cojan las vacaciones de verano, más probabilidades habrá de disfrutar de buen tiempo.

La gente puede pensar que está usted loco si dice que se va.) veranear en octubre, pero tiene muchas probabilidades de disfrutar del sol. Tal como están las cosas, es posible que acabemos recogiendo fresas en el invierno.- C.R. LAÑE (Agencia Fiel) 


Paseo por el muelle de Santander, un atardecer de 1973