L'expressivitat sonora i la mirada en les coses petites són les claus d'aquest poemari d'Andrés Fisher, diuen, però francament no sé si això que llegireu és una genialitat o una estupidesa supina. No he gosat traduir-ho, no em veig capaç. Potser Francesc Cornadó té la resposta.
Andrés Fisher és un poeta xilè per al món. Així ho constatem al seu itinerari vital (Xile, Espanya i Estats Units). Neix el 1963 a Washington D. F. Creix a Viña del Mar. El 1990 va a Madrid per un doctorat i forma part del col·lectiu Delta Nueve. En aquest nou context publica Composicions, Escenes i Estructures (Madrid, Delta Nou, 1997) Gel (València, Germania, 2000), pel qual rep el premi Gabriel Celaya. Fischer ha editat part de la seva poesia a Series poesia reunida 1995-2010 (Amargord Ediciones, Madrid, 2015). Des del 2005 viu principalment a Triplett, Carolina del Nord, on és professor a l'Appalachian State Univesity i passa regularment temporades a Madrid.
Erre que erre no yerra la motosierra cuando duerme rodeada de cristal erre y no errando del duro y legendario cristal sin yerro de estas montañas que laten y no erran donde erre que erre se cristalizan la sierra y la mano que la aferra. No yerra la motosierra ni su hierro cuando rodeada de cristal erre y no erra cambia sus sueños secuenciados de metal erre que erre por sueños más veloces de cristal y entonces erre y no errando se acelera el backbeat mecánico de la sierra y su hierro y también sin yerro y tampoco errando se acelera el backbeat orgánico de la mano que la aferra sin hierro. Erre y no errando la motosierra y la mano que la aferra no yerran al atravesar cristalizadas erre que erre la noche de cristal de estas montañas erre que no erra duro y legendario el cristal que erre y sin hierro acelera el backbeat duro y caminando sin yerro que no erra de la mano y de la sierra que erre y no errando no duermen al ir de la mano del cristal erre que no erran muy despiertas no errando duras sin yerro y caminando.
Sampleo. (De Foucault y Rilke, casi). (A través de Euraca). No sabemos ante qué se abren las flores. Sobre apertura es temporal. No de espacio puro. El origen común de todas las lenguas. La traducción universal. Con las mismas palabras. O faltándole sólo unas pocas. Distribuidas en un orden diferente. Lo primitivo es más bien un estado fluido. Móvil. Del lenguaje permeable en toda dirección. Las palabras brincan al toque de trompeta. Y suenan con la tirada de un dado. El demonio no es un dedo. Ni el dominio tampoco. De un mar ígneo a un mar digno. Emulsiones de palabras al azar. Sueltan las ranas según su suerte aleatoria. Sus datos y los hados de una lengua. Lo primitivo ya no es lo anterior. Pobre en elementos y limitado en composición. Un código pobre en la punta de una pirámide. Estados arcaicos que difieren entre sí. Un año multicolor en torno a la sintaxis. La soledad asola a la gramática (Que dice solo). (Que dice hola). (Que dice oro). (Qué dice sol). La descomposición no unívoca de la geometría. Los principios no euclidianos de la destrucción. El estado primario de la lengua era natatorio. Antes de qué fuese léxico y enunciado. Antes que constante morfológica. Antes que la exterioridad de las cosas dichas. Antes que su acomodo a la animalidad. Ante un animal. Ante un animal mudo que levanta la vista. Ante un animal que nos atraviesa. Ante una gran mirada de animal.
Sampleo. (Centralasia). (De Roberto Echavarren, casi). Entre las raíces plásticas de la higuera transmigran (apátridas) palomas y cerdos. El cubo de la rueda. El destino del círculo. Una evolución del concepto de indiferencia. El poder de la hierba de las montañas. (La) de la masa de los actos repercute en complicación profunda. La de la vida incardinada. El deseo es la mejor guía. La que mantiene (girando) a la rueda. La personificación del meteoro. La acción que no cesa. La noción de dudas y deseos. Un sonido prolongado de trompetas de tres metros. Desde el tejado al dintel de la puerta principal. El significado de la danza es nebuloso. El núcleo la hace más visible. Se la ha llamado danza del demonio y dura dos días. El mismo ser baila con sus atributos. Con su grave y rozagante indumentaria. Máscaras monstruosas. Vestigios de hechiceros despegan influencias malignas. Los opuestos que se atraen. Los extremos que se tocan. Pronto arden todos otra vez (más). Se entregan las entrañas al desierto. Un caballo negro (pintado en blanco) clava una flecha en el corazón. Y baila al borde de la furia. Y (trans)migra alucinado sin pedir perdón a dios alguno.
Publicado por Varasek Ediciones, 2023 - Andrés Fisher - Motosierra & otros poemas (fragmento) Descontexto.blogspot.com