El Nuevo Orden Mundial que nos preparan con el pretexto de la guerra en Ucrania
Rusia sabe que Estados Unidos quiere sacarla de la escena y está previendo una eventual invasión/destrucción. El territorio de Rusia es inmenso pero su población, en relación con su enorme superficie geográfica, no es numerosa, lo cual dificulta su defensa. Desde el siglo XIX, Rusia ha sabido defenderse evadiendo al enemigo. Cuando Napoleón –en el siglo XIX– y Hitler –en el siglo XX– la invadieron, Rusia desplazó su población hacia el este y quemó sus propias ciudades antes de la llegada del invasor. Los invasores se vieron así en la imposibilidad de aprovisionar sus tropas, tuvieron que enfrentar el invierno sin lo necesario y finalmente se vieron obligados a retirarse. Esa estrategia defensiva de «tierra quemada» funcionó porque Napoleón y Hitler no tenían bases logísticas cerca de Rusia.
Hoy en día, la Rusia moderna sabe que el almacenamiento de armamento estadounidense cerca de sus fronteras –en el centro y el este de Europa– conspira contra su estrategia defensiva. Es por eso que, en el momento de la disolución de la URSS, Rusia precisó que la OTAN nunca debería extenderse hacia el este. Conocedores de la Historia, el presidente francés Francois Mitterrand y el canciller alemán Helmut Kohl, exigieron entonces a sus aliados occidentales que aceptaran ese compromiso. Durante la reunificación alemana, redactaron y firmaron un tratado que garantizaba que la OTAN nunca cruzaría la línea Oder-Neisse, o sea la frontera germano-polaca.
Rusia obtuvo que ese compromiso quedara registrado en las declaraciones de la OSCE emitidas en Estambul (1999) y en Astaná (2010). Pero Estados Unidos violó ese principio
- en 1999 (incorporación de Chequia, Hungría y Polonia a la OTAN)
- en 2004 (incorporación de Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia),
- en 2009 (incorporación de Albania y Croacia), en 2017 (incorporación de Montenegro) y, más recientemente,
- en 2020 (incorporación de Macedonia del Norte).
El problema no es que esos países se hayan aliado a Washington sino que almacenan armamento estadounidense en sus territorios. Nadie critica que esos Estados hayan escogido sus aliados, lo que Moscú les reprocha es que están sirviendo a Estados Unidos como bases en la preparación de un ataque contra Rusia.
En octubre de 2021, la «straussiana» Victoria Nuland [6], número 2 del Departamento de Estado, viajó a Moscú para intimar a Rusia a aceptar el despliegue de armamento estadounidense en el centro y el este de Europa. Comenzó prometiendo que Washington invertiría en Rusia. De las promesas la señora Nuland pasó a las amenazas y, como Moscú mantenía su posición, concluyó que Washington pondría al presidente Putin ante un tribunal internacional. Después de ponerla a ella en la calle, Moscú respondió –el 17 de diciembre– enviando a Washington una proposición de tratado que garantizaría la paz sobre la base del estricto respeto de la Carta de las Naciones Unidas. Y esa es la causa de la tormenta actual porque respetar la Carta de la ONU –basada en el principio de la igualdad y la soberanía de los Estados– implicaría tener que reformar la OTAN, cuyo funcionamiento establece precisamente una jerarquía entre los países miembros de esa alianza bélica. Atrapado en la «trampa de Tucídides», Estados Unidos fomentó los actos que llevaron a la actual guerra en Ucrania.
La manera de actuar de los anglosajones ante la crisis ucraniana encuentra toda su lógica si admitimos que su intención excluir a Rusia de la escena internacional. No tratan de rechazar militarmente al ejército ruso, tampoco tratan de coartar la acción del gobierno ruso sino que están empeñados en hacer desaparecer toda huella de la cultura rusa en Occidente. Y de paso, debilitan a… la Unión Europea.
Comenzaron congelando los bienes de los oligarcas rusos en Occidente –medida que la población rusa aplaude porque considera que esos individuos se enriquecieron ilegalmente con el saqueo de la Rusia postsoviética. Después, los anglosajones impusieron a las empresas occidentales el cese de sus actividades en Rusia. Siguieron adelante cortando la comunicación entre los bancos rusos y los bancos occidentales a través del sistema SWIFT. Pero, si bien los bancos rusos se ven duramente afectados por esas medidas –que sin embargo no afectan al gobierno ruso–, lo interesante es que el cese de la actividad de las empresas occidentales en Rusia en realidad está beneficiando a Rusia al permitirle recuperar sus inversiones a bajo costo.
Por cierto, la Bolsa de Moscú, que estuvo cerrada desde el 25 de febrero –el día siguiente al inicio de la «operación militar especial» en Ucrania– hasta el 24 de marzo, registró una fuerte progresión en cuanto reinició sus operaciones. El índice RTS retrocedió el primer día en un 4,26%, pero ese es el índice que mide principalmente valores especulativos. En cambio, el índice IMOEX, que mide la actividad económica nacional, registró un alza de 4,43%. Los verdaderos perdedores resultan ser los países miembros de la Unión Europea, que cometieron la estupidez de adoptar las «sanciones» contra Rusia.
Ya en 1991, Paul Wolfowitz, otro «straussiano», escribía en un informe oficial que Estados Unidos tenía que impedir que alguna potencia lograra desarrollarse hasta convertirse en un competidor para la gran potencia estadounidense. En aquella época, la URSS estaba en ruinas y Wolfowitz designó a la Unión Europea como el rival potencial que Estados Unidos tendría que abatir [7].
Y eso fue exactamente lo que el propio Wolfowitz hizo en 2003, cuando se convirtió en el segundo personaje más importante del Pentágono. Paul Wolfowitz prohibió que Alemania y Francia pudiesen participar en la reconstrucción de Irak [8]. De eso hablaba también Victoria Nuland, en 2014, cuando instruyó al embajador estadounidense en Kiev «¡Que le den por el culo a la Unión Europea!» [9].
Ahora, en 2022, Washington ordena a la Unión Europea poner fin a sus compras de hidrocarburos rusos. Si la UE se pliega a ese dictado, Alemania se irá a la ruina, y con ella el resto de la Unión Europea. Eso no sería un «daño colateral» sino el resultado de una estrategia estructurada y claramente expresada en Washington hace 30 años.
Lo principal para Washington es excluir a Rusia de todas las organizaciones internacionales. Ya logró excluirla del G8 en 2014. El pretexto entonces no era la independencia de Crimea –independencia que la población de Crimea ya reclamaba desde la disolución de la URSS, meses antes de que Ucrania fuese independiente– sino la incorporación de esa península a la Federación Rusa.
Ahora, en 2022, la crisis alrededor de Ucrania sirve de pretexto para tratar de excluir a Rusia del G20. Ante esa pretensión, China señaló inmediatamente que nadie puede ser excluido de un foro informal que ni siquiera tiene estatutos de membresía [10]. Pero no importa, el presidente estadounidense Joe Biden volvió a la carga sobre ese tema el 24 y el 25 de marzo, mientras se hallaba en Europa.
Washington también multiplica los contactos para excluir a Rusia de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Pero los principios básicos de la OMC ya están siendo gravemente cuestionados, no por Rusia sino por las medidas coercitivas unilaterales que Occidente instaura bajo la denominación de «sanciones». El hecho es que sacar a Rusia de la OMC sería perjudicial para todos. Y sobre ese punto es conveniente releer los escritos de Paul Wolfowitz, quien escribía en 1991 que Washington no tiene que tratar de ser «el mejor» sino «el primero», por encima de los demás. Eso implica, precisaba Wolfowitz, que para mantener su hegemonía Estados Unidos no debe vacilar en sufrir cierto daño… con tal de que los demás salgan mucho más perjudicados. Estamos a punto de convertirnos en víctimas de esa manera de «razonar».
Lo más importante para los straussianos es excluir a Rusia de las Naciones Unidas. Eso es imposible… si se respeta la Carta de la ONU. Pero Washington no vacilará en pisotear ese documento, como ya lo ha hecho con tantos otros. Salvo unas pocas excepciones, Estados Unidos ya ha entrado en contacto con todos los países miembros de la ONU. Ya permeados por la propaganda anglosajona, casi todos están convencidos de que un Estado miembro del Consejo de Seguridad de la ONU ha emprendido una guerra de conquista contra un país vecino y Washington podría alcanzar su objetivo si logra convocar una Asamblea General extraordinaria de la ONU y modificar los estatutos de la organización.
Una especia de histeria se ha apoderado de Occidente, donde se ha desatado una forma de cacería de brujas contra todo lo ruso, sin que alguien se tome el trabajo de preguntarse si eso tiene algo que ver con la crisis ucraniana. Se prohíben las actuaciones de artistas rusos, aunque sean notoriamente contrarios al presidente Putin. La universidad X prohíbe el estudio de las obras del escritor antisoviético Solzhenitsin mientras que la universidad Y prohíbe el estudio de Dostoievski –el campeón del debate y del libre arbitrio. Por acá, se cancela la actuación de un director de orquesta… porque es ruso y más allá se suprimen las obras de Chaikovski del repertorio de las orquestas. Todo lo que es ruso tiene que desaparecer de nuestras mentes, como cuando el Imperio Romano arrasó Cartago y destruyó metódicamente toda huella de su existencia, tanto que aún hoy no sabemos gran cosa sobre aquella civilización.
El 21 de marzo, el presidente Biden dejó muy claro lo que Washington pretende. Ante un auditorio de jefes de empresas, Biden declaró:
«Es el momento de que las cosas cambien. Habrá un Nuevo Orden Mundial y nosotros tenemos que dirigirlo. Y tenemos que unir el resto del mundo libre para hacerlo». [11]
Ese nuevo orden [12] dividiría el mundo en dos bloques herméticos, sería un corte como no se ha visto nunca antes, como no se ha visto ni siquiera en la época de la guerra fría.
Algunos países, como Polonia, creen aun así tendrían algo que ganar con esa división. Por ejemplo, el general polaco Waldemar Skrzypczak acaba de reclamar que el enclave ruso de Kaliningrado sea puesto en manos de Polonia [13]. Y, en efecto, después de la división del mundo, ¿cómo podrá Moscú comunicarse con ese territorio?
«El Nuevo Orden Mundial que nos preparan con el pretexto de la guerra en Ucrania», de Thierry Meyssan - del blog descontexto. - red voltaire.
Largo me lo fía el artículo. Si, bien, de acuerdo . ¿y?...¿no serán ahora más pobre los pobres de Rusia?...Todo muy bien explicado...¿pero?...¿dejarán de cobrar 175 € de pensión para cobra un mínimo decente? ¿dejarán de tener wc propio uno de cada cuatro ciudadanos para tener wc propio todos los ciudadanos? ¿ Les pondrán agua caliente al 66% de la población porque no la tiene?...Rusi no es rica y ahora será más pobre, y no se si los EEUU tienen la culpa, pero me temo de que la miseria que les espera también es parte del dictador que hace 24 años está en el poder, me refiero a Putin
ResponEliminaUna abraçada
Obviament l'article de Meyssan es esbiaxat, igual que ho són els altres dels EUA o l'Otan, ero és cert que L'Otan ha incomplert els acords de Minsk. Com a totes les guerres aquí no hi ha bons i dolents, y si víctimes civils.
EliminaUn artículo que parte de una base sesgada y partidista pro-rusa.
ResponEliminaEn un mundo que ha substituido las guerras convencionales por las económicas y con una reserva interminable de armas nucleares, la agresión a Ucrania es desde cualquier punto de vista un "negocio ruinoso" para todos, y en especial para los rusos.
Los recursos económicos rusos tienen un potencial tremendo que la dictadura de Putin ha sido incapaz de desarrollar, en un estado con la economía lastrada por los oligarcas, y con un gasto militar disparado por la obsesión putinesca de recuperar el esplendor militar de la época soviética.
Y aquí está el error, fue la carrera armamentística la que desfondó al estado soviético.
La única explicación racional a lo que está pasando, es la esquizofrenia de Putin, y la ausencia de elementos válidos en el gobierno ruso. El rodearse de aduladores e inútiles es un vicio de los dictadores, muy preocupados siempre por las puñaladas por la espalda.
Lo único positivo es que se han descubierto los puntos débiles del ejército ruso : soldados desmotivados, mandos incapaces, y armamento mas frágil de lo que se creía en Occidente ( los T-72 caen por docenas ).
Sigo pensando en como estarán gestionando los rusos el asunto de los muertos en combate : ¿ saben las familias que su hijo ha muerto en Ucránia, les han devuelto los cadáveres ?.
Y misiles que o explotan los que quieras. Lo de los muertos de momento parece que los tiene escondidos, piensa que muchos eran chavales que iban a hacer la mili, no la guerra, i como les quitan el móbil sus padres no saben nada de ellos.
ResponEliminaHay que ver la cantidad de adjetivos hostiles que se emplean para desacreditar a quienes osan criticar a los EEUU y sus lacayos. Por contra, para toda persona que los alabe y defienda todo son loas.
ResponEliminaYo me quedo con los acertados análisis de la excelente periodista Inna Afinogenova.
Bueno, el diagnóstico de Meyssann es correcto, pero no es objetivo. La OTAN ha cometido demasiados errores, y el peor de todos ningunear a Putin.
EliminaInna Afinogenova ¿no es de RT?. No seria una gran referencia en cuanto a objetividad. Aunque en el otro lado tampoco es que haya mucha y la misma desinformación. Es por eso que he recomendado leer el artículo de Meyssan, hay que leer todas las opiniones para intentar saber la verdad, Afinogenova también, he leído algunos artículos de ella muy interesantes y que hay que tener en cuenta.
EliminaComo Rodericus lo ha explicado bien, no voy a añadir nada,sólo que mi hija me ha dicho que a su instituto le han asignado 5 chicos ucranianos/as, eso es una realidad una consecuencia de la guerra.
ResponEliminaAmb Rodericus d'acord, l'article té molts punts foscos però rebatre'l a fons precisaria de molt d'espai.
ResponEliminaTámbé conté algunes veritats que tenen a veure amb el que està passant. No és un article brossa, cal rellegirlo i pairlo.
EliminaJulian Assange, Abu Ghraib, Guantánamo, José Couso, Palestina, Siria, Libia, Irak... ¡Qué malo es Putin!
ResponEliminaPues si, es malo, deberías saber que en las guerras no hay buenos, solo malos y víctimas, y Putin, como Biden, como Obama, es un criminal de guerra. un miserable criminal...
ResponElimina