💭Hi ha articles que li arriben a hom a l'ànima, potser perquè en el cas d'aquest de Carlos Zanon, l'afecten personalment, al coincidir en la coincidencia del Sr. Mariano, només que en el cas de servidor l'empleada del Banc que m'atenia i em solucionava tots els problemes des de fa anys, era la Conchita, i com Mariano un dia va desaparèixer de l'oficina de la meva sucursal. I és que els bancs ja no són el que eren, un lloc d'atenció al públic personalitzat, sobretot en les sucursals, de fet un banc era bo o dolent, segons el personal que hi havia en aquesta sucursal a la qual acudies com si fora casa teva, encara que després per la confiança dipositada en aquesta gent et colessin en molts casos preferents i altres bons escombraries. Però era la teva sucursal, la de tota la vida.
Tot i que l'article del Sr.Zanon porta per títol Torneu-nos al Sr. Mariano, potser s'hauria d'haver titulat: La Solitud del jubilat davant el caixer automàtic. L'article el publico en castellà, atès a la vanguardia encara no els ha donat temps o la gana de publicarlo a la versió digital en Catalá, tan abandonada com sempre, i a la que per cert, hi estic suscrit.
TORNEU-NOS AL SR. MARIANO - Carlos Zanon
"El señor Mariano era alguien respetado en casa. Era querido por mi yaya, por mi padre primero y por mi madre después. Era tan importante para nosotros que cuando, fruto de una fusión, lo trasladaron de oficina bancaria, mis padres solicitaron el cambio de oficina. El señor Mariano lucía siempre jerséis con rombos de Marga Confecciones. Gafas a media nariz, ni guapo ni feo ni alto ni bajo. A mi yaya, a mi padre primero y a mi madre después no les importaba hacer cola o esperar que volviera de desayunar el señor Mariano con tal de que fuera él quien les atendiera. Porque él conocía sus nombres, les preguntaba cómo iba el trabajo o si creían que fuera a llover. Se dejaba robar bolígrafos, daba efectivo sin regañar, se tomaba su tiempo buscando ese recibo de gas duplicado. Y a mi yaya, a mi padre y a mi madre después les tranquilizaba ese sonido de actualizar la cartilla de ahorros. Esa música que hubieran reconocido en cualquier sitio y circunstancia. Qué tranquilidad que giren recibos, qué paz tener dinero para pagarlos.
El otro día el señor Mariano no estaba en su sitio. En su lugar estaba un chico más joven y resuelto. Llevaba chaqueta y camisa compradas online durante esta pandemia. El señor Mariano ya no trabaja allí. ¿Se ha jubilado? ¿Otro traslado? Su substituto no sabía muy bien qué decirle y, de hecho, no le dijo nada más. Mi madre le indicó que pusiera al día la cartilla, que abonara un recibo. Necesitaba efectivo también. El substituto del señor Mariano le dijo que esas no eran horas de pagar recibos. Le dio una tarjeta y la acompañó hasta el cajero. Con un suspiro levantó y bajó su flequillo mientras le decía a los 83 años de mi madre que tenía que pulsar esta tecla e introducir la tarjeta, memorizar un número secreto y pedir o no a crédito, decidir si quiere comprobante y no se olvide la tarjeta y vigile que no la observen mientras hiciera todo aquello. Mejoras del servicio, banco amigo. Ha de tener internet y le escribió www. en un papel. Bajarse una aplicación a la que enviar un código y luego en la web una contraseña. Tuvo mi madre la sensación de que molestaba y que solo era dinero. Quizás, por eso, no supo explicarle a aquel chico lo que consuela que te llamen por el nombre. La tranquilidad de aquel sonido con el que el señor Mariano actualizaba su vida."
Me ha pasado lo mismo.
ResponEliminaCon perdón, pero ahía va:
Los grandes hijos de la gran puta del BBVA, han prejubilado a el Sr Rafael, de 58 años. El Sr Rafael me lo había advertido; le meterían una patada en el culo antes de fin de año, pero él no se dejaría colar el gol.
El Sr Rafael me trataba como persona y el srvicio del BBVA era servicio: ¡Bon día¡ no t´amohines, ja te ho fac jo¡...Ahora no
Ingresar, sacar, poner, pagar, sacar metálico ...todo vale dos euros si lo haces por ventanilla...Son unos hijos de puta, insisto.
¿Y los que no tienen o no saben o no desean ponerse internet?
No piensan en las personas mayores y el BBVA (que es el que conozco) es la mierda más grande de todas las mierdas.
PD: El Sr Rafael se nogó a la prejubilación. me dijo que con 58 no se jubilaba. Está en paseo de Gracia, en el fondo de una sucursal para llevar paquetes y no se que más. Tengo su teléfono y de vez en cuando me explica alguna cosilla.
Salut
Es que agafar a una persona gran de 80 o més anys que no está al dia de la informática, i posar-lo davant d'un caixer automàtic és un drama. Es fan unes cues de cagatilorito i en mñes d0una ocasió he hagut d'auxiliar alguna avi o avia que no se'n sortia. Hi ha sucursals que donen un cop de ma amb el caixer als avis apurats, pero no totes, a banda que en van tancant.
ResponEliminaPues dentro de poco, casi no van a aquedar oficinas abiertas, al menos en lo que al BBVA respecta, en seis mese he visto cerrar varias por todo el Eixample. Alguna, como es el caso de la que existía en la esquina de Paris con Casanova, tiene puesto el cartel de la inmobiliaria del banco con el "se vende o se alquila".
ResponEliminaA mi, ya hace un par de años que el BBVA me "expulsó" vía comisiones de la banca convencional, y me pase al sistema "on-line".
Y por entonces, Pedro, mi antiguo gestor me advirtió de lo que se avecinaba : el banco estaba invirtiendo una fortuna en las aplicaciones para el móvil, buscando eliminar el tráfico por ventanillas o mostradores.
A mi me resulta cómodo, e incluso dispongo ahora de mejor información sobre las operaciones, pero para los abuelos esto es una crueldad y un drama.
Tienen que recurrir a los jóvenes de la familia, perdiendo su autonomía y su privacidad con sus propias cuentas.
A los usuarios, no nos han dejado elegir. Y se avecinan malos tiempos, en cuanto se acaben las fusiones bancarias, solo quedaran tres bancos como mucho. Entonces, impondrán las condiciones que les de la gana. Seremos clientela cautiva.
El meu germà petit que en té 57 i ja es veu a venir que el prejubilaran un dia d'aquests, ja fa temps que em va avisar que tancarien moltes sucursals, i potser hauria de ser així, hi ha gent com jo de que desde del 1970 ja treballem amb ordinadors i de fet fa ja més de 10 anys que totes les gestions las faig telemàticament, llevat del caixer automàtic, però també cada vegada el faig servir menys en pagar la majoria de coses amb la tarjeta. Però clar, hi ha molta gent que no ha tingut aquest contacte amb internet i per a ells es realment un problema.
ResponEliminaEs lo que hay. Por lo que me dice mi hija, del BBVA,la mayoría de clientes no les interesa al banco, pero claro los trabajadores deben lidiar cada día con el público. Hay que considerar que hay "viejos",que son un verdadero "coñazo", maleducados y egoístas. Algunos, en su caminar por rellenar horario(supongo),aparecen en la sucursal para sacar 5 euros,al grito de ¡niña,niña!,que tengo prisa...No quieren ni hablar de tarjetas. No se dan cuenta, que la niña licenciada en Econòmicas, con dos hijos y una casa que llevar, tiene que atender al público(que no debería),preparar ERTs,impagos,hipotecas...Que tiene que hacer por narices, sí o sí, porque luego tiene que ir al notario a las firmas.La realidad es teniendo horario seguido, la mayoría de las tardes tiene que seguir trabajando, aunque sin público. Esa es la realidad.No son las cosas como parece.
ResponEliminaTienes una gran parte de razón, pero hay gente mayor no muy cultivada ni de muchas luces que tiene un problema cuando se ve obligada a ir al cajero, y eso es una desatención del Banco hacia este tipo de clientela, aunque en este sentido la mayoria de empleados bancarios les echan una mano.
ResponEliminaFrancesc, los problemas de movilidad y de cualquier impedimento a gente mayor es cosa de los servicios sociales del ayuntamiento. El banco puede establecer condiciones y horarios
ResponEliminaYa están en esta labor los seguros sociales, pero el Banco deberia seguir atendiendo a la gente en ventanilla, que bastante se lo cobran por encima no atender al personal. Al lado de casa viven dos hermanos border line, él, encima no ve tres en un burro, y cuando iba al cajero a sacar dinero era un espectáculo, metía la nariz casi dentro para ver los números y como se equivocaba formaba unas colas kilométricas, últimamente, tanto ellos como otras personas mayores del barrio ya van con algun acompañante, sean familia o alguien de servicios sociales.
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